Qué hacer si el niño tiene miedo
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Primero,
identificar lo que produce miedo.
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Hablar
sobre las cosas que le causan temor, que se sienta escuchado
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Tener
un talante comprensivo. Procurar que no se sienta avergonzado ni
regañado.
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Transmitirle
seguridad y confianza, siempre con un tono relajado.
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Alentarle
a que se enfrente a sus temores de forma gradual, aunque al principio sea con
nuestra ayuda, sin forzarlos y elogiando sus conductas valerosas.
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Fomentar
su autoestima y autonomía.
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Enseñarle
maneras de contrarrestar la ansiedad: escuchar música, relajarse, o actividades
que le mantengan ocupado (contar fichas, enumerar comidas favoritas).
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Concederle
algún poder sobre la situación (encender una pequeña luz, tener una pequeña
mascota).
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Dar
ejemplo, de forma que tenga en nosotros un modelo adecuado de superación.
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Ofrecer
al niño una visión positiva del mundo. Hay que enseñarle a no preocuparse
excesivamente por las cosas y a encontrar soluciones a los problemas que le
surjan.
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Mucho
humor. Un buen antídoto contra el miedo es transformar aspectos aterradores en
características graciosas mediante dibujos y bromas.
Qué NO hacer si el niño tiene miedo
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No
se debe ignorar el miedo. Frases del tipo no te asustes, no tienes motivo o tienes que
ser valiente le hacen
sentirse incomprendido y solo ante el peligro, ya que si sus padres niegan su
miedo, seguramente no le van a poder ayudar a superarlo.
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Tampoco
hay que reaccionar de forma exagerada. El niño puede ver en ello más atención y
concesiones de las normales, que le libran de tareas y obligaciones, reforzando
accidentalmente los temores.
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No
burlarnos del niño, ni regañarle. La ridiculización no le hace menos miedoso,
solo merma la confianza en sí mismo y hace que trate de ocultar su miedo.
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No
evitarle los objetos y hechos que teme, ya que así supera momentáneamente el
miedo, pero no le ayuda a vencerlo definitivamente.
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Permitir
al niño dormir en la cama con los padres debe ser algo muy excepcional, como
motivo de fiesta, pero nunca como medio para solucionar el problema.
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No
mentir al niño. La información sobre un hecho que le sobrepasa (por ejemplo,
vacunarse) le puede ayudar a controlarlo. Simplemente hay que explicarle las
cosas de manera sencilla para que las pueda entender.
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Si
son niños especialmente temerosos, evitar las historias de ogros, fantasmas
o brujas, o actividades que puedan asustarlos
(películas de miedo, sustos...), sobre todo antes de irse a dormir.
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No
transmitirles nuestros temores personales.
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