¿QUÉ SON LOS CELOS?
Los celos, son un estado afectivo caracterizado por el miedo
a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido. En un
sentido estricto, se entiende, como el sentimiento producido por el temor de
que la persona amada prefiera a otra, frecuentemente, este sentimiento va
acompañado de envidia.
CAUSAS DE LOS CELOS INFANTILES
Los celos infantiles pueden tener su origen en una o varias
causas:
- Los
privilegios que se otorgan a los hijos según el lugar que ocupan el al familia
- El
momento evolutivo del hermano cuando aparece el hermanito “nuevo”.
- La
preferencia de los padres ante un nuevo hijo de sexo diferente.
- Las
características distintivas de los hermanos.
- La
dependencia afectiva del hijo con uno de os cónyuges.
- El
nivel de sensibilidad de los hijos.
MANIFESTACIONES MÁS FRECUENTES
Los niños celosos pueden manifestar una o varias conductas de
las expuestas a continuación:
- Signos
de infelicidad y/o frustración: llanto, tristeza…
- Negativismo:
responder con un NO a propuestas que antes aceptaba
- Cambios
en el desarrollo del lenguaje: lenguaje infantilizado, tartamudeo.
- Escaso
apetito.
- Sueño
irregular.
- Cambio
de estado de ánimo sin causa aparente.
- Manifestaciones
de tipo orgánico (en casos extremos): vómito, mareo…
- Conductas
desafiantes ante el padre, madre u otros familiares.
CÓMO PREVENIR LOS CELOS
- El
clima familiar es muy importante, debe predominar el amor y la confianza.
- Propiciar
afecto y compartir con los hijos todos los acontecimientos haciéndoles
partícipes de proyectos comunes, ilusiones, valores de la propia familia, etc.
- Habituarles
a compartir las responsabilidades diarias.
- Promover
juegos donde tomen parte todos los miembros de la familia.
- Favorecer
las tertulias y sobremesas donde se cementen anécdotas, historias familiares… y
donde se dé la oportunidad de participar a todos los hijos.
- Enseñarles
a pedir por favor, a dar las gracias y a pedir perdón.
- Propiciar
una autoridad en la familia que por una parte proteja, oriente, ayude y
estimule y por otra parte que exige
límites claros y adecuados.
¿QUÉ DEBEMOS EVITAR?
- Los
gritos y las descalificaciones.
- Dedicar
demasiada atención a los hermanos en presencia del niño celoso.
- Privilegios
a unos hijos frente a otros.
- Manifestaciones
de afectos que puedan ser vividas por el niño como un auténtico agravio
comparativo.
- No
manifestar, no siquiera de broma, las preferencias por este hijo o aquel.
- Comparaciones
entre los diferentes hijos.
- Atenciones
y recompensas al “chivato”.
- Comentarios
de vecinos, amigos y familiares haciendo comparaciones sobre vuestros hijos.
- Que
el hijo mayor deba asumir en todo momento la responsabilidad del cuidado del
hijo menor.
- La
competitividad entre los hermanos.
- Tomar
en cuenta las conductas propias de edades evolutivas inferiores.
¿QUÉ DEBEMOS HACER?
- Observar
aquellas manifestaciones espontáneas de los celos: envidia, comparaciones,
burlas, críticas, agresividad… y corregirlas de inmediato sin darles excesiva
importancia.
- Fomentar
la cooperación entre hermanos en las tareas de la casa, recados…
- Tratar
con afecto y atención frecuentes a tus hijos para que perciban que son
queridos.
- Favorecer
el juego con todos los hijos.
- Promover
un clima de sosiego y tranquilidad en todos los momentos posibles.
- Adaptarnos
a la forma de ser de cada niño, tratando a cada uno en función de sus
necesidades y características...
- Analizar
entre los adultos las posibles causas de los celos y las distintas soluciones.
- Explicar
al niño que vale no por el cariño que vosotros le dais, sino por una serie de
cualidades y valores suyos propios.
- Hacerles
sentirse queridos y apreciados mediante planes de excursiones, estando a su
lado, participando en sus aficiones.
- Emplear
todo el tiempo que sea preciso para que
su hijo entienda que no ha sido “desplazado” por su hermano, sino que ahora
ocupa un lugar más importante por ser más responsable que el que ocupaba hasta
el momento.
- Educar
a los hijos en el control de sus emociones: aprender a soportar pequeñas
frustraciones, alegrarse del éxito de los demás, enseñarles a aceptar sus
dificultades con optimismo...
- Respetar
la autoridad el padre y la madre y admitir los límites establecidos en la
familia.
- Respetar
el espacio de juego e intimidad de cada hijo.
- Estimular
a los niños para que expresen los que sienten con libertad y puedan compartir
tristezas y alegrías.
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